En la Edad Media, el vino de Ribeiro alcanzó un estatus legendario, apreciado tanto por la nobleza como por el clero a lo largo de Europa. Los documentos de la época registran que el vino de Ribeiro era exportado a otros reinos y usado en cortes y banquetes, consolidando su reputación de excelencia.

La viticultura en Ribeiro experimentó altibajos a lo largo de los siglos siguientes, enfrentando desafíos como la filoxera en el siglo XIX, que devastó gran parte de sus viñedos. Sin embargo, la resiliencia y el ingenio de sus viticultores permitieron que la región se recuperara, adoptando nuevas técnicas y variedades de uvas que revitalizaron la producción vinícola.

Hoy en día, el Ribeiro mantiene su legado como una región vitivinícola de prestigio, combinando métodos tradicionales con innovaciones técnicas para producir vinos que reflejan la riqueza de su historia y la singularidad de su terruño. Las bodegas y viñedos de Ribeiro, algunos con siglos de historia, continúan siendo un testimonio vivo de la profunda conexión entre la cultura, la tierra y la viticultura, manteniendo vivo el espíritu de los antiguos romanos y monjes que dieron forma a esta tierra sagrada del vino.