El Castillo de Monterrei, un emblemático monumento que domina el paisaje de la región, no solo es un testimonio de la importancia estratégica y militar de esta zona a lo largo de la historia sino también simboliza la riqueza y la tradición vinícola de la región. Se cree que los señores del castillo, conscientes de la calidad excepcional de los vinos producidos en sus tierras, fomentaron activamente el cultivo de la vid y la producción de vino.

Con el paso de los siglos, Monterrei experimentó periodos de auge y declive, pero siempre manteniendo la vid como parte integral de su identidad cultural y económica. En el siglo XX, se vivió una revitalización de la viticultura en Monterrei, impulsada por una combinación de esfuerzo local y reconocimiento oficial a través de la denominación de origen Monterrei en 1994. Este reconocimiento no solo revalorizó la tradición vinícola de la región sino que también impulsó la modernización y mejora continua de las prácticas vitivinícolas.

Hoy en día, Monterrei es conocida por sus vinos blancos y tintos de alta calidad, que reflejan el carácter único de su terroir. La región combina tradición e innovación, donde productores tanto históricos como nuevos utilizan técnicas modernas sin perder de vista las prácticas tradicionales que han definido la viticultura de Monterrei durante siglos.